Friday, May 29, 2009

la escritura hecha masfásil (writing made ezr)
un cuento irreal basado en una realidad fabulosa



I

Nuestro protagonista escribía para vivir, o viceversa. Se ganaba la vida tejiendo palabras, formando líneas, párrafos, textos de todos los tamaños, funciones y texturas. No podía imaginarse haciendo otra cosa. Desde muy pequeño se dio cuenta de lo fácil que le resultaba expresarse por escrito, de lo gustoso que era para él colocar palabras, unas detrás de otras, como otros niños colocaban cochecitos de distintos colores y formas en fila para luego irlos avanzando poco a poco. Él no tenía que ir moviendo así sus palabras colocadas, una vez puestas en fila. Ya avanzaban por sí solas cada vez que las releía.

Al hacerse mayor, la madurez (o quizá otra cosa) trajo consigo el deseo de ser el mejor escritor que pudiera ser. Se hizo ambicioso, y decidió que para perfeccionar su capacidad, su oficio, tendría que trabajar la técnica, leer todo lo que pudiera, entrenar diariamente haciendo largas sesiones de estudio devorando letras y palabras como otros devoran metros a zancadas o brazadas.

Tras muchos años de trabajo combinando teoría y práctica, sentía la satisfacción de haber alcanzado un grado indiscutible de maestría a la hora de expresar por escrito lo que se proponía o lo que se le proponía. Acumuló tantas libretas repletas de su particular caligrafía (nadie hacía las letras tan perfectamente redondas como él) que sus estanterías estaban llenas por igual de los libros que leía y de las innumerables páginas que escribía. Tenía la convicción, tan misteriosa como indudable, de que su producción de textos estaba en absoluto equilibrio con el volúmen de palabras engullidas.

El reconocimiento público a su labor era unánime y todo el que le encargaba un texto se sorprendía de la precisión con la que sus palabras cumplían la función requerida y con la capacidad que tenían de expresar cosas pertinentes de las que no eran conscientes ni ellos mismos y que hacían irrefutables sus argumentos en una carta de amor, un testamento, una entrada de un blog, por sólo nombrar tres tipos de los cientos que manejaba y producía constantemente.

Había ganado infinidad de premios literarios y regularmente participaba en los más prestigiosos certámenes resultando vencedor con inusitada frecuencia.









II

De repente un día fueron apareciendo unos textos que sorprendieron a todos por su nivel de perfección en el ritmo, la colocación, lo acertado de la elección del vocabulario. Estos textos hacían resonar en todo aquel que los leía las vibraciones justas de emoción y razón que hacían que aquellas palabras nunca dejaran de transmitir lo pretendido y hacer alcanzar al lector la satisfacción de lo esperado. Pero aquellas combinaciones de palabras tenían algo distinto, algo nuevo. Parecían compuestas sin espacio para una improvisación, una intuición, una palabra fuera de lugar, una frase que flotara por sí misma de un modo inesperado como colgada por hilos. Estos textos aparecieron por doquier, firmados por multitud de recién llegados al mundillo de las letras, desconocidos hasta ese momento, muchos de los cuales nunca habían demostrado su acierto al expresarse por escrito más allá de algún que otro post-it en el frigorífico para avisar de lo que faltaba en la despensa.

Se comprobó que todos ellos se apoyaban en un sófwer (se hasía llamar así) de ultima jenerasion. Todo lo que se escribía a partir de su fulgurante aparisión se hasía con este nuebo sófwer. Se trataba de normalisar la forma de la escritura (e incluso sus contenidos) y haserla mas asekible. Se acabó con la zeta y con el zezeo que solo usaban unos pocos millones de abitantes de un país que abía perdido ya las riendas del liderasgo en el uso de la lengua escrita. Se fueron eliminando cosas innesesarias como alguna ke otra letra que no se pronunsiaba o ke podía sustituirse por otra y ke no añadía nada mas ke confusion. La tilde se usaba si apetesía y paresía ke pudiese ser indispensable aunke no lo fuera. Todo se entendía igualmente y siertos matises se consideraron superfluos. Este nuebo sófwer abía que instalarlo cada ves y tardaba mucho en cargarse, ademas no podía usarse mas allá de un numero espesifico de caracteres (unos dossientosventisinco mil). Despues el sófwer no era efectivo ya ke abía ke actualisarlo y comprar la nueba version 2.0 y subsiguientes. El sófwer analisaba lo ke se pretendia desir o escribir con unas pocas bariables y simplificaba la escritura ke se produsia y ke alcansaba así unas cotas de efisiensia nunca bistas. Ademas, todos podian akseder a él, por un presio modico relatibo. La jente estaba encantada. La evolusion fue aselerada y el progreso paresia ebidente.

Juan, que es como se llama nuestro protagonista, tuvo que ceder y acabar usando el nuevo sófwer porque todos lo usaban y ya nadie quería leer nada a la antigua. Los nuevos escritores levantaron en un principio suspicacias con respecto a su verdadero nivel de capacidad y dominio del lenguaje escrito. No se sabía hasta qué grado su maestría era innata o debida al nuevo sófwer que había generado este nuevo fenómeno. Pero enseguida se consideró estéril tal consideración y ya todos los certámenes y todos los premios se ganaban con el nuevo instrumento. Nadie se atrevía a confiar en su propia capasidad, y a todos cansaba ver cosas escritas como se escribían antes.

FIN
Juan Duke

Sunday, February 26, 2006

Back to Prozac


O Fluoxetina. Al menos suena a algo que me hará bien a los dientes.
Volví a tomar la noche del 15 de febrero. 3 días después encontramos esto en una pared en Ostia.

Sunday, February 19, 2006

Casa di Diana


Qué cara de satisfacción.
Belleza.

Sunday, February 12, 2006

small small beginning

How many dawns chill from his rippling rest
The seagull's wings shall dip and pivot him
Shedding white rings of tumult building high
Over the chained bay waters Liberty

Esto va por un puente lejano 'in Auster's City of Glass'.
Things to do: Read City of Glass, Listen to The Cure.
Admirables fuentes de inspiración en todos vosotros.
Extiendo el brazo hacia allá.